Un 28 de febrero de 1980 los andaluces celebraron un referéndum en el que apoyaron la propuesta de formar una Comunidad Autónoma con plenas competencias y tener así un gobierno propio. Ese fue un momento histórico tan importante que, desde entonces, el 28 de febrero se celebra como Día de Andalucía.
El pueblo andaluz acudió a las urnas en el Referéndum Autonómico, que triunfó afirmativamente en siete de las ocho provincias andaluzas, pero no alcanzó el techo legal en Almería. No obstante, la clara voluntad autonómica del pueblo andaluz provocó un amplio debate político que llegó a las Cortes del Estado, modificándose la Ley de Referéndum para que se permita la incorporación de la provincia almeriense al proceso autonómico.
Un año después, en 1981, se aprobó el Estatuto de Autonomía que, tras la Constitución, es la norma más importante de los andaluces.